Desde la aprobación del descuento de 20 céntimos de euro por litro de carburante a finales de marzo, la escalada de precios en la gasolina y el diésel ha sido una constante, provocando que España se sitúe, sorprendentemente, por encima de la media europea.
“Hasta la fecha una menor carga fiscal en el territorio nacional ha permitido no ser de los países más caros, pero sí que es cierto que, desde la entrada en vigor del descuento, las diferencias entre el precio medio de los carburantes en la UE y en España se han ido reduciendo”, explica Manel Montero, director general de Grupo Moure.
El precio de la gasolina y el diésel mantiene su tendencia alcista. Desde la aprobación del descuento de 20 céntimos de euro por litro de carburante por parte del Gobierno, la escalada en el nivel de precios de los carburantes no se ha detenido, llegando a situar a España, en algunos casos, por encima de la media de la Unión Europea (UE).
“Efectivamente, las diferencias entre España y el resto de países de la UE se están acortando en el precio medio de los carburantes, pero aun así no somos de los que tienen los carburantes más caros de la UE. Países como Finlandia son los que más caro pagan el litro, con un precio promedio de 2,218 euros, seguidos de Dinamarca, Grecia, Países Bajos, Alemania o incluso nuestros vecinos de Portugal”, explica Manel Montero, director general de Grupo Moure, holding fundado en 1996 con presencia en el sector energético y carwash, entre otros, que engloba las empresas Elefante Azul, Autonetoil, Petronet y Washnet Factory.
El caso más destacado es el precio del diésel, que tras un cúmulo de semanas consecutivas batiendo récords, en España superó a la media comunitaria, con un valor de 1,906 euros el litro. De no ser por el descuento de 20 céntimos, los conductores habrían llegado a pagar más de 100 euros para repostar un depósito de 55 litros.
Las gasolineras, grandes afectadas por esta subida
Montero destaca que, hasta la fecha, “una menor carga fiscal en España había permitido no ser de los países más caros de la Unión Europea”. En este sentido, si bien a nivel nacional existen tres impuestos diferentes que gravan los carburantes – Impuesto Especial de Hidrocarburos General (TEG), Impuesto Especial de Hidrocarburos Especial (TEE) y el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) – estos representan “solo” el 50% del precio que paga el consumidor, mientras que en países como Reino Unido, Países Bajos o Suecia la carga fiscal asciende hasta el 60%.
“A pesar de esto, sí que es cierto que desde la entrada de la bonificación de los 20 céntimos/litro de combustible aprobada por el Gobierno, las diferencias entre el precio medio de los carburantes en la UE y en España se han ido reduciendo”, reconoce el experto.
En última instancia, y sin restar importancia al sobreesfuerzo que supone para los bolsillos de los consumidores, Montero considera importante remarcar que “las gasolineras poco están influyendo en este crecimiento de precios”.
“En nuestro caso seguimos trabajando con márgenes reducidos y similares al de años anteriores, limitándonos a repercutir los precios de compra y venta de los gasóleos y gasolinas que nos facturan los diferentes operadores petrolíferos del país, que se rigen por el índice Platts. Seguramente una intervención de los precios máximo de venta de los hidrocarburos, algo similar a lo que se ha realizado con el gas, podría controlar los incrementos de precios y por tanto la inflación”, concluye el director general de Grupo Moure.