Origen de la franquicia
El origen de la franquicia se encuentra en Estados Unidos, donde a principios del siglo XIX hubo grandes empresas que se vieron obligadas a apostar por esta nueva fórmula de colaboración comercial, debido a las limitaciones impuestas por las legislaciones antimonopolio.
Fue en la década de 1850 a 1860, cuando la empresa Singer Sewing Machine y la empresa de segadoras mecánicas de Cyrus Mc Cormick, pioneras en la franquicia comercial, decidieron solucionar los problemas que tenían con la distribución de sus máquinas, replicando su modelo de negocio en otras ciudades, lo que fue sentando las bases del sistema de franquicias, que comenzó a arraigarse, al ser adaptado por compañías como Coca Cola, General Motors o Hertz Rent Cars, lo que les permitió reproducir su negocio a un menor coste y con una mayor eficacia en la distribución de sus productos, utilizando esta fórmula de crecimiento empresarial.
Bibliothèque Nationale de France, Public domain, via Wikimedia Commons
La empresa estadounidense de máquinas de coser instauró un sistema de franquicias vendiendo los derechos a negocios locales para que vendieran las máquinas y enseñaran a los compradores a usarlas. A raíz de esto la empresa creció muy rápidamente.
Posteriormente, en la primera mitad del siglo XX, muchas y conocidas cadenas de restauración comenzaron a utilizar el modelo de franquicia, como Kentucky Fried Chicken; Dairy Queen; Dunkin’ Donuts; Burger King; McDonald’s, y The International House of Pancakes.
El rápido desarrollo que vivió la franquicia en Estados Unidos permitió que otros países anglosajones se fijaran en esta novedosa manera de hacer negocios, exportándose al continente europeo, a través del Reino Unido, para después empezar a ser utilizado en Francia, Alemania y años más tarde llegar a España.
La franquicia en España
En España, la franquicia comenzó a aparecer tímidamente en la segunda mitad del siglo XX, concretamente a finales de la década de los 50 y principios de los años 60, cuando algunas empresas francesas, especializadas en el sector de la moda, la lana, los hilos o las telas, como Pingouin Esmeralda, Descamps o Rodier, se introdujeron en nuestro país y comenzaron a abrir tiendas en régimen de franquicia.
El éxito cosechado por estas firmas llamó la atención de algunas empresas españolas, como Pronovias, que comenzó con la apertura de tiendas para vestir y confeccionar trajes de novia trajes en Barcelona en el año 1964, o de los herbolarios y productos naturales de la empresa familiar catalana Santiveri, que decidieron crecer y crear una red basada en la concesión de franquicias.
Stu pendousmat, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons
En 1953 McDonald’s vendió su primera franquicia, hoy en día cuenta con 37.000 sucursales en más de 120 países.
No obstante, la franquicia hubo de vivir más de una década sin que consiguiese despegar realmente en España, hasta que, en 1975, un gigante de la restauración estadounidense, Burger King, decidió inaugurar su primer establecimiento en Europa, en concreto en la Plaza de los Cubos de Madrid. Un ejemplo que seis años después, en 1981, repetiría su principal competidor, McDonald´s, al abrir un restaurante en plena Gran Vía madrileña. Ambas compañías franquiciadoras fueron decisivas para empezar a escribir la historia de la franquicia en España y, sobre todo, supusieron el inicio del despegue de este sistema de negocio en nuestro país.
Expansión y consolidación del sistema de franquicias
Desde su implantación en España, allá por los años 80 del siglo pasado, el sistema de franquicias se ha ido haciendo su propio hueco en la economía nacional y ha ido creciendo en todas sus variables. Así, en la actualidad es un modelo de comercio que factura más de 26.000 millones de euros, está integrado por más de 1.300 empresas que han apostado por franquiciar sus conceptos de negocio, suma más de 75.000 establecimientos operativos en toda España y, lo más relevante, da empleo a más de 290.000 personas.
Además, durante todos estos años la franquicia española no ha dejado de mirar al exterior, contemplando la internacionalización como una estrategia de expansión, lo que permite que, a día de hoy, ya haya más de 250 enseñas nacionales operando en los cinco continentes, sumando más de 18.000 establecimientos abiertos.
Todo este desarrollo y expansión de la franquicia se ha vivido muy de cerca desde la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), que, desde su nacimiento en 1993, tiene como objetivos principales velar y representar a este sistema de comercialización empresarial, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.