martes , 3 diciembre 2024

Los españoles ya dedican más de 11.000 millones al año a sus viviendas vacacionales

Uno de cada tres hogares tiene una segunda residencia cuyo mantenimiento supone una inversión media de 1.850 euros anuales

El perfil de los compradores es el de parejas de entre 35 y 49 años, con hijos e ingresos estables por encima de los 3.500 euros mensuales

El mercado de la vivienda vacacional en España representa un gasto total de 11.300 millones de euros anuales a los propietarios de casas de playa o montaña para su correcto mantenimiento. En este sentido, la segunda residencia tiene un coste de 1.850 euros anuales (154 euros/mes) para los más de 6 millones de hogares que disponen de ella, una inversión por la que optan hasta 15.300.000 personas con una segunda residencia en nuestro país.

“El mercado de segunda residencia español es de los más potentes de Europa, pues la diversidad de nuestro territorio y las características del clima fomentan un aumento de la demanda en el mercado de viviendas vacacionales. Por eso en este 2016 ha sido un sector que ha ganado en importancia y que en el próximo año será decisivo para la buena evolución del mercado inmobiliario”, afirma Emiliano Bermúdez, Subdirector General de donpiso.

El perfil medio de los compradores de viviendas vacacionales es el de parejas de entre 35 y 49 años, con hijos e ingresos estables por encima de los 3.500 euros mensuales. Los gastos que se derivan de los pagos de la comunidad de vecinos son los que aglutinan un mayor esfuerzo económico a las familias, con un intervalo que oscila entre los 250 euros y los 1.250 euros al año, dependiendo de la categoría de la finca.

Tras la comunidad, los suministros representan una inversión media total de 550 euros anuales desglosados entre el consumo eléctrico (310 euros), el agua (180 euros) y el gas (60 euros). Evidentemente, se aconseja reducir al mínimo la potencia contratada durante los períodos en los que la vivienda se encuentre vacía. A estos gastos se tendrían que sumar los impuestos que pesan sobre la vivienda, principalmente el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), con un gravamen medio de 250 euros anuales. Además se deberían sumar otras partidas presupuestarias como el efecto del IRPF en la declaración de la renta, el seguro del hogar o la correspondiente tasa de basuras.

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